Contenido
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¿Qué es la próstata?
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Crecimiento prostático benigno
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En qué consisten la hiperplasia prostática benigna, crecimiento prostático benigno y el crecimiento prostático obstructivo?
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Síntomas
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Diagnóstico
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Tratamiento
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Vigilancia activa
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Tratamiento farmacológico
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Tratamiento quirúrgico
1. ¿Qué es la próstata?
La próstata es una glándula situada en la parte inferior del tracto urinario, debajo de la vejiga y alrededor de la uretra (fig. 1). Sólo los varones tienen próstata. Produce el líquido portador del semen y está formada por músculos lisos que contribuyen a expulsarlo durante la eyaculación.
Una próstata sana tiene el tamaño aproximado de una nuez grande y una capacidad de 15-25 mililitros. La próstata va aumentando poco a poco de tamaño a medida que el hombre envejece.

2. Crecimiento prostático benigno
Las enfermedades de la próstata suelen ir asociadas al envejecimiento. Pueden causar síntomas molestos en el tracto urinario inferior en hombres de más de 50 años. Muy a menudo el origen de esos síntomas se asocian al crecimiento de la próstata, conocido como crecimiento benigno de próstata (CBP).
El crecimiento benigno de la próstata es una situación frecuente, relacionada con cambios hormonales que afectan a los hombres a medida que envejecen.
Las enfermedades de la próstata pueden llegar a ser muy preocupantes, pero es importante saber que el CBP no es ni se convierte en cáncer de próstata aunque se deje sin tratar. Sin embargo, cualquiera de estas dos situaciones se pueden desarrollar con la edad e incluso pueden convivir. Consulte con su urólogo para exponerle cualquier preocupación que pueda tener al respecto.

3. En qué consisten la hiperplasia prostática benigna, crecimiento prostático benigno y el crecimiento prostático obstructivo?

La hiperplasia prostática benigna es una afección benigna común que, en mayor o menor medida, la padecen todos los hombres. Esta afección se asocia a los cambios hormonales que se van sucediendo al envejecer estos.
En aproximadamente la mitad de estos hombres, la HPB puede derivar en un crecimiento prostático benigno (CPB).
A partir de ahí, el crecimiento puede obstruir el flujo urinario, una afección que se conoce como crecimiento prostático obstructivo (CPO) que aparece en, más o menos, la mitad de los hombres que padecen un crecimiento.
Al referirse a su afección, el medico utilizará una de las tres palabras ya que estas afecciones están muy relacionadas unas con otras.
4. Síntomas
El crecimiento benigno de próstata puede afectar a su modo normal de orinar. Esto ocurre porque, al aumentar de tamaño, oprime la uretra en la salida de la vejiga.

Algunas veces los síntomas son leves, como necesitar orinar más a menudo o tener más dificultades para vaciar completamente la vejiga. Estos síntomas forman parte del proceso normal de envejecimiento, al igual que la disminución de la movilidad y la pérdida de memoria o de flexibilidad. Es posible que el médico no le recomiende seguir un tratamiento para este tipo de síntomas.
Otras veces los síntomas molestan mucho y pueden afectar negativamente a su calidad de vida, en cuyo caso podrá beneficiarse de seguir un tratamiento.
El CPO puede hacer que su flujo de orina se haga muy lento, o que se entrecorte varias veces mientras vacía su vejiga, o incluso puede tener que esperar y empujar (hacer esfuerzos) antes de empezar a orinar.

El CPO puede obligarle a orinar a menudo a lo largo del día y despertarle por la noche para orinar (lo que se conoce como nicturia). También puede producir urgencia miccional e incluso, a veces, producir pérdidas involuntarias de orina (incontinencia).
También puede usted notar que su vejiga no se ha vaciado por completo después de orinar. El chorro de orina puede terminar con un goteo, que a veces continúa cuando ya ha terminado de orinar y ha salido del servicio, mojándole la ropa interior.
Los síntomas, a los que normalmente se les conoce como síntomas del tracto urinario inferior (STUI), pueden ser causados por el CPO pero también pueden ser debidos a otras afecciones que afectan al sistema urinario.
Tipos de síntomas
En los hombres que padecen CPO, estos síntomas pueden afectar a la micción de varias maneras, a saber:
- En el modo en que se retiene la orina en la vejiga (almacenamiento)
- En la manera de orinar (vaciamiento)
- En la sensación que queda tras orinar (posmiccional)
Los síntomas relacionados con el almacenamiento incluyen:
- Necesidad de orinar más a menudo de lo normal
- Necesidad de levantarse por la noche para orinar
- Necesidad repentina de orinar y dificultad para posponer la micción
- Pérdidas involuntarias de orina
Los síntomas relativos a la micción pueden ser:
- Chorro de orina débil
- Chorro de orina ramificado
- Flujo de orina entrecortado
- Esfuerzo al orinar
- Tiempo de espera hasta que sale el chorro de orina
- Más tiempo de lo normal en terminar de orinar
- En casos muy aislados, retención urinaria crónica o aguda
Síntomas postmiccionales:
- Sensación de que la vejiga no se ha vaciado del todo
- Pérdidas involuntarias o goteo de orina poco después de salir del servicio
5. Diagnóstico
El médico y el personal de enfermería realizan una serie de pruebas para encontrar la causa de los síntomas. A esto se le llama diagnóstico.
Los síntomas descritos en el apartado anterior pueden corresponder a muchas enfermedades, no únicamente al CPO. Por esta razón puede ser necesario realizar varias pruebas para poder establecer un diagnóstico. En primer lugar, el médico o la enfermera confeccionan la historia médica del paciente y realizan una exploración física. A continuación pueden prescribir análisis de orina o de sangre, pruebas de imagen de la vejiga y de la próstata y cualquier otra que se considere necesaria.
6. Tratamiento.
Vigilancia activa
Si tiene usted crecimiento benigno de próstata (CBP) pero no tiene ningún síntoma molesto en el tracto urinario inferior (STUI), posiblemente no necesitará medicación ni cirugía. Bastará con que el urólogo le explique la situación, cómo puede evolucionar y cómo deberá adaptar su estilo de vida para atenuar y sobrellevar sus síntomas. También observará atentamente su evolución durante los meses o años siguientes y empezará a tratarle cuando sea necesario. Es lo que se conoce como vigilancia activa.

La vigilancia activa es una buena opción si sus síntomas son leves y si su calidad de vida no se ha deteriorado. Aunque lo parezca, no se trata de un planteamiento pasivo, ya que incluye revisiones periódicas para comprobar si la situación empeora.
Antes de prescribir un tratamiento, en la mayoría de los casos de CBP se ofrece un período de vigilancia activa. Se suele recomendar porque es muy raro que se presenten complicaciones graves durante ese tiempo. De hecho, algunos síntomas pueden mejorar por sí solos, y otros pueden permanecer estables durante años.
Un programa de vigilancia activa consta de:
- Evaluación de los síntomas
- Exploración física
- Análisis de sangre y orina
- Información sobre su situación
- Consejos sobre su estilo de vida y autocuidados
Tratamiento farmacológico
Se recomienda seguir un tratamiento farmacológico cuando los síntomas son tan molestos que afectan a la calidad de vida. Existen varios grupos de fármacos para el tratamiento del crecimiento prostático obstructivo (CPO), de los cuales debe hablar con su médico para decidir conjuntamente cuál es el más indicado para usted.

Los factores que influyen en esta decisión incluyen:
- Sus síntomas
- El tamaño de su próstata
- Su historial médico
- Sus preferencias y valores personales
Tratamiento quirúrgico

La principal finalidad de la cirugía es aliviar los síntomas causados por el CPO y mejorar el flujo miccional. Existen distintas opciones terapéuticas, de las cuales debe usted. hablar con su médico, de manera que juntos puedan decidir cuál es la más indicada para usted.
Los factores que influirán en la decisión son, entre otros:
- Sus síntomas y su calidad de vida
- El tamaño de su próstata
- Su historial médico
- El tipo de tratamiento que puede ofrecer su hospital y el que sea mejor en manos de su médico. Pregúntele qué experiencia tiene con la opción que le recomiende. Usted tiene derecho a conocer el porcentaje de complicaciones que se le han presentado al cirujano que va a operarle.
- Sus preferencias y valores personales. No existe un tratamiento ideal para todos los pacientes.
¿Cuándo debo pensar en operarme?
- Cuando sus síntomas empeoren a pesar de haber recibido tratamiento farmacológico.
- Cuando tenga complicaciones causadas por el crecimiento prostático obstructivo o esté en riesgo de tenerlas. Estas complicaciones pueden ser:
- Insuficiencia renal
- Dilatación de los riñones
- Incapacidad para orinar (retención de orina)
- Infección recurrente de las vías urinarias
- Cálculos en la vejiga
- Frecuente presencia de sangre en la orina.
- Si no tolera bien el tratamiento farmacológico
- Si prefiere operarse a tomar medicamentos
Durante una intervención quirúrgica el médico suprime la parte agrandada de la próstata (también conocida como adenoma).
Los principales procedimientos quirúrgicos son:
- Resección transuretral de la próstata (RTUP)
- Incisión transuretral de la próstata (ITUP)
- Prostatectomía abierta
- Fotovaporización de tejido prostático con lasér Greenlight
- Stents prostáticos
- Entre otros…
Cada procedimiento tiene sus propias ventajas e inconvenientes. La elección del tratamiento depende de su situación particular y de sus preferencias.
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Vivir con el crecimiento prostático benigno.
A medida que envejecen, muchos hombres con CPB tienen que vivir con síntomas del tracto urinario inferior (STUI). Esto molesta y deprime a algunos hombres, mientras que para otros sólo representa una ligera incomodidad.
Por otra parte, cada persona experimenta los mismos síntomas de manera diferente. Por ejemplo, un hombre puede pasarlo muy mal por tener que levantarse por la noche para orinar, mientras que a otro puede que apenas le afecte. Por ello no hay que quitar importancia a la experiencia personal de cada uno ni a su calidad de vida ya que son factores tan importantes como las pruebas diagnósticas o los resultados de los tratamientos.
La calidad de vida va ligada tanto a la salud física como a la psicológica. Es importante no sólo sentirse sano, sino también libre de la presión psicológica que puede ejercer el CBP. Existen muchas maneras de controlar los síntomas para que no nos impidan ser felices en nuestras relaciones ni participar en la vida social, cultural y económica de nuestro entorno.
Si sus síntomas le hacen sentirse mal, debe buscar ayuda consultando a su médico de cabecera o de atención primaria o a un urólogo.
